Grecia: ¿el nuevo destino europeo víctima de la sobredensificación?

Grecia: ¿el nuevo destino europeo víctima de la sobredensificación?

Como es conocido, Grecia ha enfrentado graves problemas en los últimos años. Sin embargo, atraer turistas, hasta ahora, no había sido uno de ellos.

Se espera que el país acoja a un récord de 32 millones de viajeros extranjeros en 2018, frente a solo 6,2 millones en 1998 y 15 millones en 2010. Ningún destino europeo ha visto un aumento mayor en el número de visitantes durante esta década.

El turismo es la luz que brilla en la economía griega, que de otra manera tendría aún más problemas. Ha ayudado a apuntalar una nación que lucha contra la bancarrota y una cuarta parte de los residentes necesita la industria turística para ganarse la vida. Pero existe una creciente preocupación de que el país no pueda hacer frente a su creciente popularidad durante mucho más tiempo.

El rápido crecimiento significa una infraestructura sobreexplotada y superpoblación en las grandes ciudades y en las principales atracciones. Durante los últimos meses, hemos visto tensiones entre locales y visitantes en destinos como Barcelona, ​​Venecia, Ámsterdam, Dubrovnik, Madrid, Mallorca y Kioto, y la “sobredensificación turística” se ha convertido en un concepto de moda. ¿Podría Grecia convertirse en el próximo campo de batalla?

Nikos Chrysogelos, político y ambientalista griego, teme que así suceda. “No podemos seguir teniendo más y más turistas”, le dijo a The Guardian. “No podemos tener pequeñas islas, con pequeñas comunidades, que alberguen a un millón de turistas en unos pocos meses. Existe el peligro de que la infraestructura no esté preparada, que todo se convierta en un gran boomerang si solo nos centramos en los números y no miramos en el desarrollo de un modelo de turismo más sostenible”.

¿Qué destinos están sintiendo la tensión?

La Organización Nacional de Turismo griega (GNTO) dice que es consciente de la existencia de problemas y afirma que la política del país “dicta que no se vaya más allá de la capacidad de carga del medio ambiente” centrándose en la “prolongación de la temporada turística de verano y el desarrollo de turismo temático que atrae a los visitantes durante todo el año”.

Pero ya hay evidencia de que se ha llegado al punto de ruptura en al menos un lugar: Santorini. Sus espectaculares puestas de sol y paisajes marinos atraen a un gran número de turistas: el año pasado se registraron 5,5 millones de pernoctaciones. Pero la isla tiene solo 76 km² y los atascos y la sobrepoblación se han convertido en un problema, al igual que el aumento del consumo de agua y energía. Nikos Zorzos, el alcalde de la isla, que puso un límite diario a los pasajeros de cruceros en un intento por detener la marea de turistas, ha advertido que la isla está en “punto de saturación”. “Santorini ha desarrollado los problemas de una ciudad”, le dijo a The Guardian el año pasado. “Hemos construido numerosas plantas de desalinización y estamos en el proceso de erigir la más grande en Grecia, pero dentro de cinco años me preocupa que incluso eso no sea suficiente”.

Atenas es otro caso de conflicto obvio. Al igual que Santorini, es una parada popular para las líneas de cruceros, con más de un millón de pasajeros que utilizan su puerto más cercano, El Pireo, cada año. También ha aparecido en numerosas listas recientes de “visita obligada” (siendo destino cada vez más popular en China) y ha visto por tanto una avalancha de hoteles nuevos y modernos que abren sus puertas, además del ‘boom’ de los apartamentos ofrecidos por días a través de Airbnb, con el consiguiente aumento de las rentas por alquiler, convirtiéndose en un gran problema para los locales.

La solución

Viajar fuera de temporada o encontrar una alternativa en la que no se haya pensado todavía. La GNTO afirma que “este aumento en el número no se acumula únicamente en los meses de verano” y que ha visto un “aumento significativo en las temporadas de primavera (27%) y otoño (33%). Convencer a la gente para que visite en primavera, otoño e invierno es clave para mantener a Grecia intacta.

También lo es persuadir a los viajeros a mirar más allá de las islas obvias de la lista de “visita obligada” como Santorini, Mykonos, Corfú o Creta. Afortunadamente, el país tiene cientos para elegir. Algunas de las gemas griegas menos conocidas son las islas de Skyros, Milos, Koufonissia o Folegandros.

Isabel Almazán
Isabel Almazán
Licenciada en Derecho y Administración de Empresa. Con experiencia profesional en Naciones Unidas en asuntos medioambientales y de desarrollo económico, así como en el sector medioambiental a nivel europeo (reciclaje de residuos eléctricos y electrónicos).

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