Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid, junto a Ignacio Aguado, portavoz de Ciudadanos, presentaron recientemente el nuevo Plan Estratégico de Turismo de la Comunidad 2016-2019. En palabras de Cifuentes, se apuesta por “un turismo de calidad, por atraer turistas pero no a cualquier precio, sino de modo sostenible”. Por su parte, Aguado destacó que el plan busca un “turismo inteligente y sostenible” al mismo tiempo que se busca que Madrid se convierta en “una de las diez regiones más visitadas del mundo” que genere empleo y bienestar social. El binomio crecimiento turístico y sostenibilidad, como mínimo, parece antagónico si no se marcan límites al crecimiento. Inevitablemente nos viene a la mente la problemática de destinos nacionales como, por ejemplo, Barcelona o las Islas Baleares, o internacionales, como Venecia, debido al crecimiento turístico incontrolado. Aun así, hace unos meses, el presidente de la Asociación Española de Directores de Hotel, abogaba “en cuanto a número de turistas en ir más hacia un tipo Venecia“. En este sentido, Macià Bláquez, de la Universitat de les Illes Balears, escribía recientemente sobre la insostenibilidad del crecimiento turístico de las Baleares.
Analizamos las propuestas de la Comunidad de Madrid para cumplir su objetivo de ser de las regiones más visitadas del mundo de un modo sostenible. Están todas disponibles en su nuevo Plan Estratégico de Turismo, que se puede descargar aquí.
Estructura del plan y objetivos
El plan presenta seis ejes de actuación (promoción, productos turísticos, infraestructuras, formación, regulación y gestión coordinada) que delimitan las 49 acciones encaminadas a la gestión turística del destino. Se pueden ver en la siguiente tabla.
Las estrategias y las medidas persiguen lograr 7 grandes objetivos:
- Aumentar el número de turistas e ingresos
- Incrementar el peso del turismo internacional
- Desestacionalizar el turismo
- Mejorar las infraestructuras y la capacitación profesional de todos los sectores
- Entorno legal que favorezca la libertad de empresa
- Mejorar el posicionamiento en el mercado nacional e internacional
- Seguir fidelizando turistas
Las estrategias y las medidas se enmarcan bajo la etiqueta de crecimiento inteligente, del que se habla a lo largo del plan y, específicamente, en la medida 49. ¿Qué es el crecimiento inteligente? Se trata del reto de llegar a ser un Destino Turístico Inteligente, un concepto creado por SEGITTUR (la Sociedad Estatal para la Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turísticas). SEGITTUR define el Destino Turístico Inteligente como innovador, consolidado sobre una infraestructura tecnológica de vanguardia, que garantiza el desarrollo sostenible del territorio turístico, accesible para todos, que facilita la interacción e integración del visitante con el entorno e incrementa la calidad de su experiencia en el destino, a la vez que mejora la calidad de vida del residente.
Sostenibilidad y turismo responsable
Cabe pensar, por lo tanto, que se seguirá una línea general de actuación basada en la sostenibilidad. El plan indica que la aspiración de la Estrategia de Turismo es una “clara apuesta por la sostenibilidad”. Al mismo tiempo define como turismo sostenible “aquel en el que las actividades turísticas se comprometen a tener un bajo impacto en el medio y la cultura local, al mismo tiempo que genera ingresos a la población y que puedan mantener su patrimonio y sus costumbres y estructura social”. Sorprende, sin embargo, que ninguno de los 7 objetivos y 6 líneas estratégicas hagan mención alguna al desarrollo turístico sostenible. El turismo sostenible no es un producto turístico más, no es simplemente una etiqueta, no es únicamente una aspiración. El turismo sostenible implica establecer un modelo de planificación y gestión que minimice los impactos sociales, económicos y medioambientales y maximice los beneficios de la actividad turística con el objetivo de garantizar su sostenibilidad a largo plazo. El turismo responsable es el medio para lograr un turismo más sostenible.
Como se refleja en sus siete grandes objetivos, la estrategia se basa en el crecimiento turístico y en el aumento del gasto por turista, por lo que una gran parte de sus medidas hacen referencia a estos aspectos. Sin embargo, en ninguna de ellas se mencionan los límites al crecimiento, o a sobre cómo gestionar los impactos negativos que surjan debido al crecimiento. Otros muchos aspectos de la sostenibilidad están ausentes. Por ejemplo, ninguna de las medidas trata específicamente sobre la protección medio ambiental, especialmente cuando el 15% de su superficie la forman 9 espacios naturales protegidos y máxime cuando Madrid sufre un grave problema de contaminación del aire, entre otros. No hay previstas, al menos no se indica, evaluaciones de impacto medio ambiental o social. No se menciona el análisis de la calidad del empleo existente o del que se vaya a crear. No se habla de cómo el plan va a mejorar la calidad de vida de los madrileños; el plan carece de medidas concretas que generen impactos positivos en el plano social. Sí hay medidas que mejoran la sostenibilidad del territorio, como por ejemplo mejorar la accesibilidad, promocionar el turismo cultural, patrimonial, de naturaleza o el uso de la bicicleta. Pero esto no es suficiente para etiquetar la estrategia como sostenible, eso sería greenwashing. La sostenibilidad viene determinada por el modelo de planificación y gestión que se implante; si hay un compromiso real de trabajar hacia un modelo más sostenible y se busca su credibilidad, la sostenibilidad debe estar integrada en el core de ese modelo, no como complemento adicional.