Spirit of Japan, agencia de viajes especializada en turismo de base comunitaria, ecoturismo y patrimonio cultural, trabaja codo con codo con las comunidades rurales para fomentar el turismo sostenible en Japón. Durante mi viaje al país asiático tuve el placer de reunirme con su propietario, Masaru Takayama, fundador de Japan Ecolodge Association y actual director de Asian Ecotourism Network. Tuve el placer de conversar con él en su ciudad, Kyoto, sobre los retos y oportunidades que representa el aumento del turismo internacional en el país del sol naciente.
Laura: ¿Cómo describiría la evolución del turismo en Japón?
Masaru: Japón sufre una situación de despoblación y tiene una población envejecida, lo que hace que el volumen de negocio esté decreciendo. Para compensar la falta de divisa extranjera el gobierno ha decidido desarrollar el turismo como parte del comercio para que sea un superávit económico. Hasta ahora Japón no ha tenido ningún ministerio relacionado con el turismo; recientemente se ha creado la Oficina Nacional de Turismo de Japón (JNTO por sus siglas en inglés). Los responsables de la oficina son bastante ambiciosos: quieren alcanzar 40 millones de llegadas de turistas internacionales.
Con eventos como la Copa Mundial de Rugby este pasado mes de octubre y la celebración de los Juegos Olímpicos el próximo año en Tokio se está invirtiendo mucho para atraer visitantes; creo que los responsables de la oficina conseguirán el objetivo. También hay que tener en cuenta que el número de japoneses visitando su propio país está disminuyendo y se está intentando compensar esta disminución incrementando las llegadas de turistas extranjeros.
Tradicionalmente, Japón ha sido considerado un país elitista pero ahora se está abriendo, aunque hay dos aspectos importantes a tener en cuenta. El primero es el tema del idioma: no estamos realmente preparados para los mercados internacionales. El segundo es que los mercados extranjeros no llegan a las zonas rurales. Y, sobre todo, hay una falta de gestión de un excesivo número de llegadas de turistas.
Laura: Entonces, el gobierno está trabajando para atraer más turismo a Japón pero no para gestionar los flujos turísticos una vez ya están en el país.
Masaru: Sí, han estado haciendo el marketing y la promoción, pero una vez llegan los turistas no hay una buena gestión, con lo cual encontramos grandes concentraciones de gente en los atractivos turísticos. Es por esto que vemos overtourism en algunas áreas en particular: Kyoto, el Monte Fuji, Tokio… Pero cuando vas a las zonas rurales la situación es distinta. No se analiza la capacidad de carga en relación a las comunidades.
La satisfacción de los residentes en el destino turístico, por ejemplo, Kyoto, disminuye a medida que incrementan las llegadas de turistas. En Kyoto, por ejemplo, si quiero reservar en un restaurante, no puedo porque hay demasiada gente. Otro ejemplo: la gente mayor que tiene derecho a autobús gratuito debido a su avanzada edad no puede acceder a este servicio porque hay demasiados turistas. Hay muchos impactos derivados de la actividad humana y demasiadas personas visitando los destinos turísticos.
Laura: ¿Tiene el Gobierno algún plan para manejar esta situación?
Masaru: no hay una gestión clara para medir la satisfacción de los residentes, por ejemplo. No se ha hecho ningún benchmark. No podemos ver si ha habido impactos negativos ya que no disponemos de información previa a la situación actual. En cooperación con Global Sustainable Tourism Council (GSTC) estamos intentando introducir sus estándares en nuestra agenda turística de modo que se puedan ver las diferencias que se producen y redirigir la situación. Se está trabajando en ello pero lleva tiempo.
Laura: ¿Cómo decidió establecer la Japan Ecolodge Association?
Masaru: trabajaba como intérprete de inglés a japonés y también hacía traducciones en el campo de la conservación energética y sobre oceanografía; también me gusta mucho viajar. Durante un viaje de buceo a Costa Rica participé en un tour en la selva, una excursión por el pueblo, que resultó ser un tour de turismo comunitario y ecoturismo.
Me gustó mucho la idea de que el dinero que gastamos permaneciera en la comunidad local. El guía estuvo muy contento de contarnos que el hospital y la aldea fueron construidos gracias al dinero generado por el turismo; me di cuenta de los beneficios que representaba participar en esta actividad en vez de solo bucear. Regresé a Japón tratando de descubrir qué pasaba en nuestro país en este sentido. No había muchos ejemplos: en esos tiempos, en los años noventa, sólo existía la Japan Ecotourism Society.
Yo conocía a personas trabajando en el campo de la conservación y conocía algunos de los ecolodges que había visitado anteriormente y a los cuales les gustó la idea de unirse para buscar una mayor sostenibilidad como parte del valor agregado de su producto. Por eso, contando con unas diez personas, decidí fundar la Japan Ecolodge Association.
Laura: ¿Cuál ha sido el logro más significativo que ha conseguido con la Japan Ecolodge Association?
Masaru: queríamos tener una backlist, teníamos 110 criterios en 2005 para mostrar a los lodges miembros una evaluación fundamentada: si estaban haciendo lo correcto, darles nuevas ideas sobre lo que deberían estar haciendo en términos de sostenibilidad… Unos años después, en 2008, se fundó el GSTC. Ellos sabían que nosotros teníamos nuestro estándar, por lo que trabajamos juntos y finalmente nos acogimos a su estándar: fuimos uno de los primeros países en Asia en conseguir este reconocimiento.
Japan Ecologde Association era una pequeña ONG con lo cual los miembros no veían los beneficios de trabajar con estos estándares globalmente. Tuvimos algunos problemas y finalmente la asociación se fusionó con la Asian Ecotourism Network, organización que también dirijo. El GSTC cambió los estándares porqué los revisó, los mejoró, y nosotros también cambiamos algunos criterios porque estos fueron creados pensando principalmente en el mercado japonés.
Trabajamos con los miembros de ambas organizaciones para analizar si era práctico aplicar los estándares a las comunidades en Asia; recreamos y renombramos un nuevo estándar que ahora está en marcha desde la Asian Ecotourism Network. Empezaremos la formación el próximo año con los estándares del GSTC y esperamos difundirlo entre al menos 15 países.
Laura: durante esta semana que llevo visitando Japón he visto ciudades enormes como Tokio y lugares más pequeños como Hakone, en el lago Ashi. ¿Cómo se manejan los impactos derivados del turismo en unos escenarios tan distintos dentro del mismo país?
Masaru: en Japón hay muchas DMO reconocidas que reciben subsidios del gobierno para desempeñar su trabajo. Estamos intentando crear y aplicar un estándar japonés a las DMO. Estos criterios incluyen a los residentes, a las comunidades, a los visitantes… es un enfoque holístico del turismo para ser más sostenibles.
Llevará tiempo pero espero que veamos algunos ejemplos de lugares que consiguen este objetivo, para que puedan establecerse como ejemplos a seguir por parte de otros lugares. No obstante, lo que me da miedo es que cuando el gobierno lleva a cabo este tipo de acciones, hay DMO que extienden la mano porque hay dinero de por medio y una vez se acaba el dinero, no siguen con su labor. Es por eso que nosotros queremos estar seguros de que estas DMO son sostenibles a largo plazo cuando implementen los estándares.
Laura: en su agencia de viajes, Spirit of Japan, ¿cómo trabaja con las comunidades locales?
Masaru: inicialmente trabajábamos con diez comunidades diferentes; ahora nos hemos centrado en seis comunidades con las que tenemos una larga relación de al menos veinte años. Tenemos nuestra sede en Kyoto y oficinas satélite, para evitar que la mayor parte del dinero se quede en Kyoto y maximizar de este modo los beneficios para las comunidades. Estas oficinas satélite nos permiten contratar gente en diferentes lugares: ellos conocen el lugar, el tiempo, el tráfico… con lo cual pueden tomar mejores decisiones en el día a día que nosotros desde Kyoto.
Sin embargo, no tenemos tours cada día, con lo cual ellos siguen con su trabajo como granjeros, empleados en la ciudad… Solo pueden destinar un tiempo específico a coordinar los tours. Esto es lo mejor, que no trabajan solo en turismo: los granjeros siguen siendo granjeros; de otro modo sería como un tipo de parque temático, cosa que no queremos. Nos gusta enfatizar la autenticidad. Ofrecemos a nuestros clientes tours exclusivos con la gente del lugar, no hay otras personas visitando esa comunidad al mismo tiempo. Se vive la sensación de estar visitando un pariente lejano por primera vez.
Laura: ¿Y qué opinan los granjeros y los otros residentes de la comunidad sobre el hecho de recibir turismo en sus pequeños pueblos?
Masaru: se han dado cuenta de que pueden tener un producto turístico solo plantando cebollas o cualquier otro producto. A los turistas les gusta porque ellos también pueden experimentar la siembra, la cosecha… Y de este modo saben que las verduras y las frutas que comen son locales y frescas. Creo que esto hace felices a los granjeros.
Es divertido porque, al principio, a algunas personas no les gustaba la idea de recibir turismo pero cuando llevamos al primer grupo de mujeres europeas con ojos azules, los hombres dijeron: “Oh, ¡es gracioso!”. También las mujeres, cuando vieron a hombres atractivos que parecían modelos, se mostraron contentas con la iniciativa. La comunidad está muy orgullosa de lo que hace porque hay gente viniendo de lugares muy lejanos para conocer su estilo de vida.
Laura: ¿Cómo comunica la sostenibilidad a sus clientes?
Masaru: En Spirit of Japan no vendemos a gran escala porque no podemos asumir una gran cantidad de gente; un 80% de nuestros clientes vienen por el boca-oreja. Cuando nos hacen una petición, les informamos de nuestros términos y condiciones incluyendo la política de sostenibilidad. Si aceptan, seguimos adelante. Intentamos mostrar qué porcentaje del precio que pagan permanece en la comunidad y qué cantidad de CO2 están produciendo con su viaje; también intentamos compensar esta cantidad como parte de nuestra misión, trabajando para llegar a ser neutrales. El cliente tiene toda esta información y decide si le gusta o no, es parte del contrato.
Laura: ¿Cómo percibe el futuro del turismo sostenible en Japón y en Asia de una forma más amplia? ¿Qué retos y oportunidades cree que veremos en los próximos años?
Masaru: hay muchos retos pero también oportunidades porque hace veinte años nadie mencionaba el turismo sostenible o el ecoturismo; ahora se está intentando que estos conceptos sean tendencia. Sin embargo, existe la dificultad de que mucha gente que aboga por el turismo sostenible puede no entender completamente qué es lo que significa. En este sentido, junto con otros dos compañeros ubicados en Japón, somos formadores en el GSTC Asia.
Nos gustaría formar a otros formadores, incluyendo los trabajadores del gobierno para hacerles entender cómo deberían hacer la política basada en un estándar global, no basada en su interpretación, ya que a veces lo que pensamos que es sostenible en algunos aspectos puede no serlo en otros. Otro reto es superar la distancia entre los gobiernos locales y la comunidad; hay mucho trabajo que hacer. Si solo se impone la política a las personas sin explicarles el porqué, pueden no entenderlo.
Está claro que las políticas deben tener un sentido económico pero la gente también tiene que ser feliz. Los habitantes tienen que ver que el turismo crea dinero pero también que mejora su calidad de vida. Por tanto, hay muchos retos como este en las grandes ciudades, mientras que en comunidades más pequeñas los residentes deben confrontarse con nuevas tendencias que nunca antes han visto. Equilibrar el uso y la protección is always the game.
En este sentido, hace poco estuve hablando con los habitantes de una isla cuyo patrimonio natural es muy importante, cuenta con varias especies endémicas. En este lugar, la comunidad no ha visto nunca extranjeros antes. Un guía de habla japonesa puede llevar a los turistas allí y hacer un tour sin ningún consentimiento por parte de la comunidad, que no tiene candados ya que se trata de una zona rural. De repente pueden aparecer 30 o 40 personas viniendo por el bosque, en medio de la noche, hablando un idioma que ellos no entienden. ¡Imagina qué amenazante les puede resultar esta situación!
Creo que el destino debe tener algún tipo de coordinación en la que todos los tour operadores que vayan se deban registrar y tener un código de conducta de forma que viajen de forma responsable y la comunidad entienda quiénes son, con qué objetivos les visitan y, también, obtener dinero de estas visitas.
Laura: ¿Qué consejo daría a alguien que quiere visitar Japón de forma responsable?
Masaru: Como miembro de Japan Alliance of Responsible Travel Agencies, junto con otras diez pequeñas compañías, recomiendo visitar la web y escoger los tour operadores en la región de forma que sepas que todo tu dinero se queda en la zona local. Se trata de operadores responsables que se están formando con los estándares de Travelife. En Spirit of Japan, tomaremos el liderazgo en términos de turismo responsable como tour operador. La siguiente recomendación es que si quieres visitar Kyoto y otras atracciones puedes combinarlo con zonas rurales: Japón goza de un importante entorno natural.
Creo que tenemos el tercer mayor porcentaje de territorio cubierto por bosques, un 68,5%, por detrás de Finlandia y Suecia, y el 90% de la gente vive en el 10% del territorio. También tenemos buenos Parques Nacionales: son nuevos destinos que se pueden explorar desde el norte hasta el sur tropical. Aprovecha el Japan Railpass para ir a las zonas rurales, desafíate con algunas caminatas o, incluso, haz submarinismo. ¡Japón puede ser visto como una experiencia natural y un viaje de aventura!
¡Muchas gracias Masaru! Recuerda que puedes seguir a Spirit of Japan en su página de Facebook y Twitter.