En uno de los lugares más turísticos del Perú, la Comunidad Media Luna trabaja por brillar en un cielo donde la estrella de Machu Pichu encandila a propios y extraños. Funcionarios públicos, agencias de viajes y cadenas hoteleras llegan a Cusco desde diferentes lugares del mundo para poner en marcha sus negocios. La mayoría solo buscan su propio beneficio económico, sin importarles demasiado la vida de las comunidades locales. En este universo donde los intereses económicos flotan en guerra, pequeñas comunidades trabajan desde abajo con la ilusión de una vida más digna.
La región de Cusco es una de las más visitadas del país. Sin dudas la maravillosa ciudad Inca Machu Pichu es su principal atractivo. Pero no el único. La ciudad de Cusco es un atractivo en sí mismo, así como la Montaña de colores y otras ruinas como Coricancha y Sacsayhuaman son las más vendidas. Pero vivir la ciudad ancestral y sus alrededores de una forma menos convencional no es muy fácil de encontrar. Es necesario investigar bastante para poder realizar alguna excursión o tour que permita conectar al visitante de manera directa con alguna comunidad y sus costumbres.
También es difícil para las comunidades que han decidido apostar por el turismo como actividad complementaria, ingresar a ese mercado tan saturado de agencias y grupos empresariales que invierten tiempo y dinero para llevarse su tajada.
Justamente en esa tarea está la Asociación de la Comunidad Media Luna, ubicada a 7km de Urubamba y a 65km de Cusco, en el corazón del Valle Sagrado de los Incas y en el camino hacia Machu Pichu. La comunidad se compone por 150 familias, pero quienes lideran el proyecto de turismo son 6 personas.
Media Luna – Turismo Rural ofrece dos caminatas, una a las Salineras de Maras y otra a la ruina ocho balcones, ambas guiadas por Don Tiburcio. “El tío”, como lo conocen en la comunidad, trabaja desde hace 40 años en las salineras. Pero allí el trabajo es muy duro, exige un esfuerzo físico demasiado grande para cualquier adulto mayor. Por esto mismo, Don Tiburcio está intentando dedicarse solo a guiar y dejar de a poco el duro trabajo en las salineras. Donde además la empresa administradora le paga muy poco por su tarea de mantenimiento de los pozos y extracción de sal.
Además, la Asociación Media Luna Turismo Rural, ofrece cuatro talleres: Elaboración de Chicha, bebida ancestral de los Incas, (guiado por Carmen), taller de tejidos artesanales (guiado por Mercedes), taller de plantas medicinales (guiado por Justina) y criadero de cuyes (guiado por Gertrudis). La fuerte presencia de mujeres en las actividades turísticas demuestra la importancia que puede llegar a tener el turismo comunitario en la construcción de una sociedad más equitativa.
Así como los proyectos comunitarios deben esforzarse por capacitarse y encontrar la mejor estrategia para entrar en este tipo de mercados, es sumamente necesario que los/as viajeros/as de todo el mundo tomen conciencia de la importancia que tiene invertir tiempo en buscar este tipo de emprendimientos que generan un beneficio directo para las comunidades locales.
La visita a Cusco, el Valle Sagrado y por supuesto a Machu Pichu, alcanzará otra altura, se experimentará otra atmósfera, si nos esforzamos por conocer las estrellas más pequeñas, que en realidad, son las que desde el principio de los tiempos, y sin que se las pueda ver, le dan vida a esa que más brilla.