Despoblación rural, estacionalidad de los empleos turísticos, precariedad del sector o falta de acceso a jóvenes y mujeres para desarrollar ideas de negocio que apuestan por el cambio y la transición del modelo turístico actual. ¿Cuántas veces nos hemos encontrado con estos paradigmas durante nuestra trayectoria profesional?
Es bueno dar visibilidad a estas realidades, comunes en destinos de todo el mundo, pero, ¿y si hubiera un proyecto que además de hablar sobre estas problemáticas decida hacer algo real y tangible para dar soluciones? Susana Conde y Marta Lorenzini lo tuvieron claro cuando recientemente fundaron Ayllutures, una empresa social que nace para proclamarse como la primera incubadora de emprendimiento local en Iberoamérica.
Según Marta Lorenzini, “queremos generar una mejora de calidad de vida y resguardo del entorno incentivando el emprendimiento local en turismo sostenible y ecoturismo de la población del destino, que en gran parte tienen el potencial turístico y las ganas, pero no el recurso económico para aprender cómo empezar su propio negocio.”
¿Qué es Ayllutures?
Ayllutures es una empresa que se plantea trabajar de manera paralela en España y Lationamérica y que actualmente se encuentra activa en España, Argentina, Guatemala y Panamá. Su modelo de negocio gira en torno a dos aspectos principales: la impartición de cursos de formación y la creación de una incubadora de emprendimientos con enfoque social y sostenible que apuestan por el Triple Balance en el turismo.
Los cursos de formación se adaptan entre 20 y 65 horas y se enfocan en 3 ejes principales: emprendimiento, innovación social y sostenibilidad. Están diseñados para que puedan ser adquiridos por cualquier empresa, ONG o entidad pública de turismo. No obstante, desde Ayllutures se exige que del cupo mínimo de 30 personas, al menos 10 sean emprendedores locales interesados en el turismo sostenible, pero que no cuentan con recursos económicos suficientes para costearse el curso.
Por otra parte, la incubadora de negocios, el corazón y la esencia de Ayllutures, depende directamente de las utilidades generadas a través de los cursos de formación y de campañas de crowdfunding. Actualmente la incubadora aún no está en funcionamiento, pero se basa en la creación de un programa de 140 horas destinado a emprendedores locales que no cuentan con el recurso económico para materializar su idea de negocio, pero si con los recursos turísticos, y las ganas.
“Nuestra idea principal es hacer el primer llamado a la incubadora en diciembre del 2018 para 10 o 12 personas.” Admite Marta Lorenzini, “ahora bien, también cabe la posibilidad de que si alguna empresa privada quiera entrar al programa de negocios y pueda pagar el costo, se sume como financiadora. Existen (y no son pocas) las empresas que deben y quieren hacer un cambio en su modelo de negocio hacia uno más colaborativo”.
Sin duda el modelo de negocio de Ayllutures se basa en la economía colaborativa y del bien común. No son una ONG, y definitivamente buscan encontrar la sostenibilidad económica del proyecto para poder asegurar su supervivencia y seguir creando agentes de cambio a su paso. Según Susana Conde, “buscamos incentivar la creación de negocios innovadores enfocados a turismo sostenible y responsable de alto impacto, con miras a dar soluciones reales y concretas a diversos problemas, es decir con un enfoque de innovación social.”
La oportunidad está disponible para ser aprovechada tanto por emprendedores locales como para empresas del sector, entidades públicas, universidades y organizaciones que quieran sumarse al cambio y verdaderamente apostar por iniciar la transición de la sostenibilidad desde la base, formando y acompañando a los profesionales del mañana.