Muchas veces en el apuro por llegar a la meta corremos y nos olvidamos – o no valoramos – aquello que nos impulsó en el inicio, que nos enseñó a caminar. En el turismo comunitario, sobre todo, debemos ser conscientes de lo fundamental que es el encuentro humano en si mismo, como una poderosa fuerza creadora en el camino hacia el desarrollo sostenible.
Lo simple y básico, o lo que nos sucede con cierta frecuencia, es en algunas oportunidades menospreciado. Reunirse con alguien y conversar por varias horas, puede verse como una perdida de tiempo si no se llega a un resultado final. Le rendimos tributo a logros obtenidos pero le damos la espalda a los procesos, sin percatarnos que estos últimos también pueden ser exitosos por el solo hecho de haber existido. Si no somos conscientes de lo importante que es conocernos y no dedicamos parte de nuestro tiempo a tejer redes entre quienes formamos parte del turismo comunitario corremos el riesgo de debilitarnos.
En tiempos de crisis o incertidumbre, se vuelve doblemente necesario abrazar cada espacio de encuentro, cada reunión, debate o conversación. Valorar esos momentos. Pensarlos como una fuente enriquecedora de ideas y sentimientos. Y no solo como un escalón para llegar a otro más arriba. No siempre llegar más alto es la mejor opción.
Y en este sentido me parece un acontecimiento de gran valor el Encuentro digital de Turismo Comunitario Latinoamericano. La conexión entre asociaciones, empresas, emprendedores, viajeros/as y demás actores del sector es fundamental en el camino hacia el fortalecimiento del turismo comunitario. Es necesario participar de estos espacios, contribuir unxs con otrxs y organizarse para impulsar acciones de manera conjunta. El desarrollo comunitario será colaborativo o entonces no será.
Encontrarse también es una búsqueda, pero de manera cooperativa, y eso la hace única. Es un intento por complementarse, construir y des-construirse, buscar la común unidad. Un espacio de encuentro es siempre un pilar estructural del turismo comunitario. Hay que re-valorizarlo y celebrarlo. Ser sensibles ante cualquier encuentro humano es una da las razones de ser del turismo comunitario. No debemos dejar que la cotidianidad nos quite esa sensibilidad. Encontrarnos nos vuelve siempre más humanos.