Turismo ¿cómo accionar en este presente?

Turismo ¿cómo accionar en este presente?

Que el Coronavirus llegó para cambiar el mundo es un hecho. El cimbronazo de la pandemia sacudió al planeta. Y afectó a todos. El turismo, más que cualquier otra actividad tal vez, sufrió y padece todavía este duro golpe. Por eso, hoy más que nunca, los actores deben reconsiderar sus estrategias y adecuarse con anticipación para cuando llegue la mentada “nueva realidad”. Las grandes metrópolis, las aglomeraciones de gente, los enormes hoteles y los cruceros atiborrados de turistas no entrarán seguramente en el radar de los viajeros actuales. Se inclinarán, al contrario, por espacios no masivos y cuidados a nivel sanitario.

La oferta turística tradicional deberá cambiar su foco y abrirse paso a una era totalmente diferente. Todos los actores intervinientes en la cadena de valor de la actividad turística de todo el planeta están trabajando fuertemente en protocolos e incentivos económicos para poder recuperarse. Será necesario “repensar”, “rediseñar” y “resignificar” los destinos y las prácticas orientadas al turismo sustentable y sostenible. Un lineamiento que hoy está acorde con las necesidades de la “Generación C”, integrada por los primeros viajeros que saldrán nuevamente al mundo una vez que se vayan levantando las restricciones.

“La reinvención tiene lugar en las personas cuando deben enfrentarse a un cambio importante en su vida o en su entorno, ya sea negativo o positivo, que suele ocurrir de manera inesperada. Es un elemento externo el que impulsa ese cambio. Reinventarse no significa cambiar quién se es, sino modificar la forma de ser y de vivir en el mundo”, explica con claridad la Licenciada Virginia Landetcheverry, cofundadora de la consultora Tres Ejes. Y agrega: “Por lo tanto, desde esta mirada, la actividad turística se verá beneficiada porque volverá al origen primario de su naturaleza. Se revalorará el viaje como búsqueda de otras vivencias, reencuentro con distintas culturas y contacto con la naturaleza, con su flora y fauna identitaria”.

La experta en turismo sostenible opina que la “GEN-C” no está dispuesta a correr ningún riesgo que ponga en jaque la salud o la de sus seres queridos, por lo que necesitará contar con garantías sanitarias y tener probadas evidencias que el suelo que los reciba es seguro, que se trata de un “destino blanco” (libre de Coronavirus), que cuente con protocolos que aseguren el bienestar durante su estadía.

Virginia también pone el foco en que la elección del lugar para vacacionar estará determinada, en principio, por las restricciones propias impuestas por el Covid-19, luego por el alcance económico del viajero, su lugar de residencia, por último, su opinión y percepción sobre la pandemia. Además, hace un tiempo que el viajero viene experimentando y solicitando nuevas vivencias. Está deseoso de disfrutar de servicios auténticos, sin el espectáculo montado que se crea para ellos. Son curiosos y les gusta estar en constante movimiento durante su búsqueda novedosa, tanto en su mundo externo como interno, dentro de un universo que les da la posibilidad de compartir lo que experimentan con otros pares.

Virginia está convencida que las propuestas de experiencias sustentables, que estar en contacto con la naturaleza y las comunidades rurales, campesinas e indígenas son las alternativas ideales para cuando se reactiven los viajes. Es, sin dudas, una propuesta que llegará para quedarse en la era post Coronavirus.

Además, los prestadores y los emprendedores de la actividad turística deben prepararse para reacomodar sus servicios y orientarse a las buenas prácticas en materia de responsabilidad ecológica, social-cultural, económica y un claro protocolo de cuidado sanitario. En este sentido, desde los profesionales del rubro hasta las pequeñas comunidades deben estar atentos a estos cambios.

“Hay destinos más y menos posicionados. Lo interesante y oportuno hoy es que todos estén listos para poder recibir visitantes, que terminarán contribuyendo a la economía social de la comunidad y a sus actores. En este punto es clave la articulación de todos los sectores en la cadena de valor, incorporar estrategias sustentables para diversificar la oferta, crear buenas prácticas que ayuden a la prevención de riesgos y cumplir con los protocolos que estén orientados a la higiene y a la salud”, explica la Licenciada.

Virginia agrega: “Surgirán nuevas propuestas de servicios turísticos y es menester el trabajo en red y la creación de alianzas. Así como la planificación conjunta con la gestión pública, que articula como un facilitador esencial. Los emprendedores de una pequeña comunidad tienen la oportunidad única de encontrar en el turismo una herramienta efectiva para potenciar sus productos y servicios. Es necesario y urgente trabajar en un plan de acción, evaluar las preferencias de la demanda, incluir las buenas prácticas sostenibles y aliarse con aquellos actores que les permitan complementarse, además de sumarse a las propuestas de formación, de planes de desarrollo estratégicos e incentivos que puedan ser brindados por las políticas públicas locales, provinciales o nacionales.”

Landetcheverry refuerza que “el turismo, abordado desde la sostenibilidad, brinda muchas ventajas al desarrollo de la economía social, comunitaria y solidaria, en la que se benefician: agricultores familiares, puesteros rurales y campesinos, hasta los destinos como pequeñas reservas naturales que generalmente no forman parte de los recorridos tradicionales.”

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