“Los turistas somos lo que los pedos de las vacas al cambio climático.“
Pido perdón por ser sincera. Lamento si alguien se siente dolido por el subtítulo de esta reflexión, aunque la frase no es mía. Tal afirmación es de Juan Carlos Rodríguez, conductor de la radio asamblearia Radio-Actius en el barrio de Poble Sec (Barcelona), expresada durante el programa especial dedicado al viaje y al gentrificador veraniego.
Basta con ver las cifras y la cantidad de noticias durante este verano de 2019, año en el que ya se han terminado de colapsar muchos destinos. Informaciones todas relacionadas con el turismo y la invasión de éste para darse cuenta de que ya no es un problema, sino que es un cambio en el paradigma del viaje —de la sociedad, nos atreveríamos a decir—, y en el que se necesita una solución de manera urgente.
Viajar como símbolo de status y alimentado por las redes sociales
Efectivamente, viajar se ha convertido en un rasgo identitario de nuestra sociedad sobre todo cuando llega el verano. ¿Por qué nos empeñamos en viajar cada mes a algún lado? porque nos gusta el destino, por postureo, porque aquel/lla influencer me lo ha dicho por sus redes, porque no nos podemos quedar en casa, qué dirían los familiares y amigos… ¿Es necesario viajar cada periodo de tiempo tan corto? Reflexionemos.
Desde Babilonia’s Travel hemos preguntado a Raquel Herrera, profesora de Comunicación y Márketing en la Escuela de Turismo y Dirección Hotelera de la Universidad Autónoma de Barcelona, sobre el significado de viaje actual. «Sigue siendo un símbolo de estatus, es decir, de pertenencia, por lo menos, a la clase mínima, sigue considerándose una actividad socialmente aceptable a pesar de la huella ecológica que deja y las transformaciones urbanas que implica», añadiendo que «no solo cuenta el viaje, sino compartirlo y alardear de él a posteriori en redes sociales».
¿Cómo y qué comunican las empresas de turismo? ¿Viajar es sólo tener la información práctica?
Con estas cifras bajo el brazo está claro que viajamos demasiado, pero ¿qué tipo de información sobre viajes nos llega? En definitiva, ¿cómo se comunica en el sector del viaje? ¿Es periodismo de viajes o son datos prácticos para vender un destino?
Ana Almansa Martínez, profesora Titular en el Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad de Málaga, confiesa a Babilonia’s Travel en una pregunta de email que se viaja «para evadirnos del trabajo y de nuestra vida en general, para romper con la rutina, para conocer nuevos lugares, culturas y personas (…) pudiendo conocer un lugar “casi” como si lo hubiéramos visitado simplemente utilizando las tecnologías; pero es “casi”, la vivencia en directo sigue siendo única».
Siendo así esa vivencia, ¿por qué nos empeñamos en reducir, en la mayoría de los casos, nuestra información previa a un destino buscando sólo información práctica (qué ver, dónde dormir…) y no añadimos a esa información más lecturas sobre cultura, historia y situación de la sociedad que visitamos?
En el caso de las personas individuales, María Moro, politóloga, asegura a Babilonia’s Travel en una entrevista que los viajeros «deben concienciarse sobre la necesidad de cuidar y proteger el entorno incluso cuando se viaja, aplicable cuando se está en casa y cuando se viaja de igual manera, contribuyendo, por ejemplo, a que los comercios locales puedan permanecer abiertos sin acudir de forma innecesaria a grandes empresas que abren negocios estratégicos en lugares turísticos sin tener en cuenta lo importante que es el trato humano y la cultura local, motivo principal por el que viajamos».
Destinos que se venden meramente como sol y playa y cuando los vives más allá de la información práctica, te das cuenta de que ese lugar se aleja bastante de la foto que se anunciaba en la marquesina del autobús. La política, los problemas sociales, la situación de la población… todo se deja fuera porque hay que mostrar una imagen idílica y paradisíaca. Un ejemplo bajado a tierra: ¿hay alguna comunicación turística que mencione cómo es el sistema sanitario o alimenticio en Cuba con entrevistas locales? Ahora busca en San Google «qué ver en Cuba» y mira lo que sale. Efectivamente, «Las X mejores cosas que ver y hacer», «Imprescindibles», «Top 10…»
Vendiendo esta información idílica, cómo puede ser que luego nos echamos las manos a la cabeza cuando vemos saturado un destino si estamos diciendo al público que es lo mejor del mundo visitarlo enseñando una mínima parte del lugar. ¿Por qué no enseñarlo todo?
Sería muy egoísta pensar que nosotros (los que nos dedicamos al sector del viaje) no contribuimos a eso, porque lo hacemos. Al igual que sería muy egoísta y elitista pensar que nos estorban los turistas en un destino porque nosotros también lo somos. La autocrítica debería comenzar por uno mismo.
El cambio empieza por un mea culpa siendo turista ir-responsable
Sí, desde que hemos vuelto de este #viajarsincolonizar 2019 por el #Caribe no podemos dejar de pensar y de evaluar cómo se plantea el sector del viaje porque, ya no es sólo la huella ecológica, sino también la manera en la que dejamos nuestra huella social. Aunque lo más importante es darse cuenta de nuestros errores para comenzar a rectificar.
He conocido estos lugares de todas las maneras posibles, con viajes organizados, tours, a mi aire, de mochilera, de viaje de prensa, de escapadas de fin de semana a todo correr, tachando lugares… Y desde muchos ángulos, viendo el viaje sólo desde el visor de la cámara (con miles de fotos), no hablando con la gente, alojándome en sus casas, alojándome en albergues, en hoteles, en todos incluidos, en baratos, en lujosos… He montado en diferentes animales, he nadado con otras especies, he tenido experiencias egoístas, he sido turista irresponsable, vaya. Y, además, un día se me ocurrió cofundar la primera asociación de bloggers de viajes de Barcelona en donde solía oír la pregunta de «cuándo es el próximo viaje gratis». Una competencia para el sector periodístico de viajes y un acierto para algunas agencias de turismo. Nadie es perfecto.
Y de lo que me he dado cuenta después de todo este tiempo es que no quiero volver a cometer esos errores, al menos de manera consciente. Prefiero estar hablando horas con un local sobre sus problemáticas que visitar y tachar en mi lista los monumentos. Prefiero parar varios días y saborear el mismo lugar que no salir corriendo porque hay que ver todas las ciudades del país. Prefiero respetar sus costumbres que no estar cabreada durante días porque me molesta estar fuera de mi zona de confort. Prefiero dejar mi dinero a la comunidad local para no contribuir a esa desigualdad social tan bien explicada por Travindy, que no contratar el viaje a una multinacional. Prefiero viajar menos pero vivirlo más y con más calidad.
Termino Terminamos pidiendo perdón
Pedimos perdón por haber contribuido de alguna manera antes a lo que ahora ya no queremos ser. Babilonia’s Travel nació con la intención de contar el mundo desde otra perspectiva, para llegar al destino y mirar de tú a tú y de igual a igual comprendiendo su historia y su cultura. No quisimos ser desde un primer momento repetidores de información, tuvimos claro que en raras ocasiones publicaríamos textos sólo con datos prácticos, es por ello que algunas agencias no quisieron participar con nosotros porque no les seguíamos el rollo (perdiendo en el camino viajes “gratis”). Qué lástima (léase con ironía). Preferimos pagarlos de nuestro bolsillo y escribir lo que queramos.
Buscamos viajeros-turistas-lectores-gente inquieta que estén dispuestos a conocer el mundo más allá de las guías de viajes (no sólo quedarse en el qué ver y qué hacer), y a involucrarse en el día a día del local. Todo suma. Nuestro ROI (retorno de la inversión) será positivo para ti, para tu alma y para la experiencia compartida, no individual. Nosotros seguiremos contando el mundo como nadie te lo pinta, con historias de vidas dibujadas. ¿Te unes al próximo cambio o quieres seguir siendo lo que los pedos de las vacas al cambio climático?
Este artículo ha sido originariamente publicado en Babilonia’s Travel y en Travindy hemos reproducido un resumen con permiso del autor: “¿Para qué viajamos en el siglo XXI?”. Te animamos a leer el artículo entero para conocer mejor sus reflexiones y qué decisiones han tomado para intentar ser más coherentes con su discurso.