En nuestro paso por Colombia, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Natalia Naranjo, experta en desarrollo turístico y apasionada del turismo sostenible, quien nos compartió su opinión sobre el creciente rol del turismo en el proceso de paz que vive el país.
Laura: ¿Cómo ves el desarrollo del turismo en Colombia desde que se firmó el acuerdo para la terminación definitiva del conflicto con las FARC en 2016?
Natalia: Colombia está en la mente de muchos a nivel mundial debido a la firma del acuerdo de paz con la mayor guerrilla colombiana; el turismo ha crecido de manera constante y los visitantes tanto nacionales como internacionales hoy llegan a lugares que antes no llegaban.
Laura: El gobierno colombiano tiene un programa de Turismo, Paz y Convivencia. Podrías contarnos de qué se trata y cómo lo están implementando?
Natalia: Este programa integra al sector turístico de algunas regiones clave de Colombia como Meta, Putumayo, Magdalena, el Camino a Teyuna, el Urabá y el Darién, Cauca, Caquetá y Bolívar. Todas éstas son regiones golpeadas por el conflicto que han identificado el turismo como una opción productiva para las comunidades. A través de un comité con representación de las entidades públicas nacionales y regionales, y representantes del sector –empresariales y comunitarios-, se identifican prioridades y acciones para la coordinación y articulación del sector, con énfasis en la colaboración y participación local.
Laura: Una de las iniciativas de COMUNITUR, El Carlos, Centro Ecoturístico y Arqueológico en la región de Urabá, justamente se relaciona con la contribución del turismo al proceso de paz . Cómo surgió el proyecto y quiénes lo llevan adelante?
Natalia: Algunos líderes de la comunidad tuvieron la inquietud del turismo desde años atrás, paralelamente al desarrollo de diversos proyectos gubernamentales, como fue el Programa Guardabosques, que buscaba integrar a la población en proyectos productivos como alternativa a las actividades ilegales. A través de este programa recibían un subsidio para la inversión en un proyecto productivo. Debido a que algunos habitantes de la vereda de El Carlos estaban relacionados con actividades ilegales, recibieron este subsidio y lo invirtieron en la compra de tierra para el centro ecoturístico y arqueológico.
Posteriormente, Naciones Unidas contra la Droga y el Delito con el Programa Guardagolfo, apoyado también por el Gobierno Nacional, inician el acompañamiento a esta inversión, para la construcción de lo que es hoy el Centro Ecoturístico y Arqueológico El Carlos, administrado a través de la Cooperativa de Trabajo Asociado COOTUCAR de la vereda El Carlos. La cooperativa está constituida por los líderes de la iniciativa y sus familias, rondando aproximadamente unas 20 personas de la comunidad que siguen trabajando por el fortalecimiento del tejido social dejando atrás las actividades ilícitas, retomando su vida familiar y de comunidad.
Laura: ¿Qué resultados generó el proyecto para la comunidad de El Carlos?
Natalia: La comunidad hoy goza de una alternativa complementaria económica, a través del turismo. El proceso organizativo, técnico y de coordinación que se ha realizado a través del centro ecoturístico y arqueológico en El Carlos ha logrado jalonar otros procesos económicos (transporte, alimentación, eventos, comercio, entre otros); y también ha puesto a la región del Urabá y del Darién en el centro de algunos procesos como el de Turismo, Paz y Convivencia que ha generado una dinámica económica en toda la región.
Se han podido visibilizar diversas iniciativas locales, aunadas a diferentes procesos de capacitación, gestión de proyectos, mayor acceso a servicios, entre otros. De hecho, esta iniciativa ha sido resaltada en el Manual Internacional de Turismo y Paz, publicado por la Organización Mundial del Turismo.
Laura: ¿Qué apoyo brinda COMUNITUR a las iniciativas que, al igual que El Carlos, son parte de la red?
Natalia: De acuerdo a las necesidades e intereses, se les apoya principalmente en promoción, apoyo en la gestión y asistencia técnica. Con la Asociación Comunitaria Yarumo Blanco en el Santuario de Fauna y Flora Otún Quimbaya, hemos adelantado el proceso de aplicación a la competencia “Top 100 Sustainable Destinations” de Green Destinations. Hemos realizado el Festival de Sabores, Sonidos y Saberes para la dinamización de la economía local en Pijao y El Carlos.
Además articulamos iniciativas de asistencia técnica como CESO-SACO Canadá y recientemente hemos iniciado un proceso con CERES Ecotur de España, relacionado con un tema de calidad, turismo y producción agroecológica que queremos implementar con algunas iniciativas de COMUNITUR y en Colombia en general.
Laura: Visitamos recientemente la Sierra Nevada de Santa Marta donde los campesinos que antes cultivaban marihuana y coca en esta región conflictiva, hoy organizan circuitos para visitar la región y compartir su historia con los visitantes. ¿Conoces otros ejemplos en Colombia donde los efectos positivos del turismo en este aspecto se estén sintiendo?
Natalia: La iniciativa de la Sierra Nevada de Santa Marta es una iniciativa que nace casi al mismo tiempo que la del Urabá y el Darién; allí también Naciones Unidas contra la Droga y el Delito apoyó a las comunidades para su proyecto productivo, entre los cuales también estaba el turismo. Las características de este proceso fueron diferentes a las del Urabá; sin embargo, valdría la pena profundizar en las razones y factores de éxito de estas dos, así como sus diferencias y dificultades para aprender de éstas.
Yo creo que hoy en día apenas se están viendo los resultados de otras iniciativas recientes; ésto además es debido a que el turismo empieza a ser una alternativa real para muchos destinos emergentes. Se ha incrementado el número de prestadores de servicios turísticos y las iniciativas ligadas al turismo y al desarrollo; se ha fortalecido el turismo comunitario y las alianzas público-privadas.
Laura: Resumiendo, ¿cuáles identificas cómo los principales desafíos para lograr un desarrollo turístico sostenible en Colombia?
Natalia: Aún falta mucho por hacer, pero creo que el turismo representa una oportunidad para muchos en Colombia, con grandes retos en la articulación público-privada y la integración de las zonas rurales a los flujos turísticos de manera responsable y sostenible. No existen políticas públicas serias y estructuradas para la implementación de buenas prácticas relacionadas con la sostenibilidad, y en muchos casos hay poca presencia del Estado. Éste puede ser un punto débil de partida para el desarrollo de un turismo respetuoso, inclusivo, sostenible que beneficie a todos sin saturar los recursos que ya son limitados.
*Natalia Naranjo es representante para Colombia de la organización de asistencia técnica canadiense CESO-SACO, representante del Consejo Global de Turismo Sostenible para Colombia y Ecuador y líder de la Red COMUNITUR (Comunidad de Turismo para el Desarrollo).