Durante una mesa redonda en el foro Summit Barcelona se generó un intenso debate cuando se intentó definir el concepto “turismo de calidad”.
Y es que según apuntó Enric Fernández, director Corporativo de Planificación Estratégica y Estudios de CaixaBank, “la respuesta dependerá del punto de vista: del turista o de la sociedad que acoge el visitante”.
En este sentido, puso un ejemplo hipotético extremo:
“Un turista puede valorar con un 9,8 una borrachera de fin de semana en un viaje de fin de semana, pero desde el punto de vista del destino puede que no sea así”
Y puestos a pedir ¿Cuál sería el turista ideal con un gasto diario de 200 euros por ejemplo? “Aquel que viniera de cerca para disminuir su huella de carbono, que no concentrase su estancia donde van todos, que tuviera potencial de repetir, y que viniera en un mes valle”.
Ahora bien, concluyó, “Masas y calidad están reñidos, porque sacrificas atractivo. El turismo masificado significa que dañas más que lo que aporta el número de turistas”.
En cambio, Ricard Santomà, Decano de la Facultad de Turismo y Dirección Hotelera de Sant Ignasi, manifestó su rechazo a emplear el concepto “turismo de calidad”, que definió como “un título trampa. Nunca me ha gustado”, indicó.
“La gente suele asociar el turismo de calidad con el turista que gasta más y para mí esto es un error”
“Un turista que gasta más no es ni mejor ni peor que otro que gasta menos”, remarcó Santomà. Por ejemplo, recordó, la preocupación por el medio ambiente es algo que no depende del poder adquisitivo del viajero.
Ricard Santomà también hizo referencia a la capacidad de carga, un concepto escurridizo cuando se habla de masificación turística. “Se suele calcular poco y mal. Podemos conocer la capacidad de carga de ciertas zonas… ¿Pero de una ciudad entera?”
Si en algo fueron coincidiendo los ponentes es que la definición de turismo de calidad dependerà de “a quién le preguntes”, según apuntó Carlos Díez de la Lastra, CEO, Les Roches Marbella.
“Probablemente, el 80% de las empresas y el sector público dirán que el turismo de calidad es el que más gasta. Pero si preguntas al ciudadano que está conviviendo con los turistas, la cosa cambia”.
“Los vecinos perciben que, por mucho dinero que dejen los turistas, a ellos no les compensa, porque estropea su calidad de vida. ¿Cómo compensas a esa población?
Otro vector a tener en cuenta para establecer cuándo nos encontramos ante el llamado “turismo de calidad” es si la actividad turística interactúa con otros sectores económicos, por ejemplo el tecnológico, científico, etc. Así lo apuntó Conrad Llorens, fundador de la firma consultora Summa.
“No se trata solo del poder adquisitivo. El turismo de calidad sería aquel que aporta valor a la ciudad de una manera global. Que no solo cree valor en el ámbito turístico, sino en la interacción con otros sectores”
¿Y qué pasa con el turismo de masas y el turismo de calidad, son compatibles? “Hoy el verdadero lujo es la exclusividad. Un poco reñidos si que están ambos conceptos, pero seguro que hay manera de vehicular ambas cosas. Si tienes cierta masificación y el turismo va a seguir creciendo… algo tienes que hacer”.
Este artículo es un resumen de la noticia original publicada por Hosteltur: “Turismo de calidad versus turismo de masas: polémica servida”.