El turismo de voluntariado o volunturismo ha sido prolífico en los últimos años, con un enfoque en una de sus formas más potencialmente perjudiciales: el turismo de orfanatos. Sin embargo, los asuntos que rodean el volunturismo no se limitan al turismo de orfanatos; y muchos de los volunturistas deben ahora de estar reevaluando sus opciones y considerando cómo pueden asegurar que su buena voluntad, motivación y a menudo dinero ganado con esfuerzo, se traduzca en impactos positivos para las comunidades o proyectos de conservación que decidan apoyar. En lugar de añadir a los muchos artículos que destacan las posibles consecuencias indeseadas del volunturismo, este artículo propone una alternativa igualmente útil y más transparente: el turismo comunitario.
El turismo comunitario consiste en pagar un precio justo por un producto genuino y generalmente auténtico. Como una alternativa a un deseo algo occidentalizado y potencialmente condescendiente de “ayudar” a los pobres, el turismo comunitario proporciona un medio para apoyar a comunidades a diversificar sus ingresos, con sus propios medios, y contribuir al desarrollo sostenible en el proceso. Estas comunidades suelen estar en el primer plano de muchos asuntos que el volunturismopretende abordar: la conservación marina y de la fauna y flora silvestre, la deforestación y la mitigación de la pobreza. En casos extremos, las iniciativas de turismo comunitario pueden incluso ser la última defensa en la lucha contra las compañías petroleras y similares que se apoderan de grandes extensiones de selva tropical.
En cambio, las iniciativas de turismo comunitario son normalmente dirigidas por la comunidad para la comunidad y los ingresos recibidos a través del turismo pueden ser invertidos de acuerdo a las necesidades de esta – identificadas por ellos mismos. Dónde va el dinero suele ser mucho más obvio y es una buena forma de ir de vacaciones, divertirse, aprender mucho y, al mismo tiempo, contribuir a medios de vida sostenibles a través del comercio justo aplicado al turismo. En el caso de la comunidad Juanilama en la zona rural de Costa Rica, Sandra, la directora general y residente resume bien lo que el turismo significa para su comunidad: “Nuestra iniciativa de turismo comunitario rural ha generado empoderamiento en las personas, no solo en el sentido financiero sino también a través de enriquecimiento cultural y social. Nos permite ayudar a la comunidad y los servicios básicos de los residentes, como la escuela por ejemplo […] Ha sido una experiencia bonita y ha creado muchas oportunidades de trabajo en la zona. Somos un pueblo pequeño pero con un enorme corazón y con mucho que enseñar y compartir con nuestros huéspedes. Podemos enseñarles lo que es la esencia de ser un agricultor costarricense”.
Otro gran ejemplo de iniciativas de turismo comunitario utilizadas como herramienta para crear empleos para la población local es el Hotel Taselotzin en el estado de Puebla, México. Aquí, las mujeres indígenas iniciaron la construcción del hotel para apoyar su cooperativa de mujeres y generar ingresos suficientes para que sus cabeza de familia ya no tuvieran que emigrar lejos del hogar en busca de trabajo. En este sentido, el turismo también ayuda a estas comunidades a salvaguardar su rico patrimonio indígena y promover sus prácticas culturales ante un público más amplio. Las mujeres pioneras de esta exitosa empresa están ahora ayudando a empoderar otras comunidades compartiendo su historia y experiencias.
Aunque el deseo de querer pasar unas vacaciones ayudando otros menos afortunados, o apoyar proyectos de conservación, es por supuesto algo que debe ser elogiado; es posible que los viajeros no siempre tengan el tiempo o el conocimiento para asegurar que el proyecto que quieren apoyar tenga en su centro las necesidades de la comunidad y, de hecho, el consentimiento de la comunidad. Para esas personas, el turismo comunitario puede proporcionar una experiencia igual de enriquecedora. No tiene pretensión de ayudar a personas que no necesitan o piden nuestra ayuda – en cambio, el turismo comunitario es un medio para que la gente local gane dinero de una manera digna, y para apoyar los muchos proyectos de sostenibilidad en los que ya están involucrados.
Este artículo ha sido publicado originariamente en inglés y traducido por nuestra colaboradora Lucía Roldán.