El festival “Cinelab Turisme: mirades des de l’antropologia”, que tuvo lugar entre octubre y diciembre de 2018 en Barcelona, surge del deseo de crear un espacio abierto para debatir en torno al turismo a partir de una mirada antropológica, facilitada por el visionado de películas temáticas y documentales etnográficos.
El “lab” evoca justamente eso: la idea del taller, de la producción compartida de conocimiento crítico. Aunque se trate siempre de interpretaciones, es decir, visiones subjetivas y concretas, los documentales nos permiten “viajar sin movernos” y traer a la realidad alguna situaciones turísticas, en contextos diversos, próximos y lejanos, dando voz a sus protagonistas.
Hablamos con Fabiola Mancinelli, Investigadora y Profesora Asociada en el Departamento de Antropología de la Universidad de Barcelona, Guía Acompañante de turistas internacionales y Directora del Cinelab Turisme, sobre esta primera edición del festival y sobre la mirada antropológica tan necesaria para entender el turismo.
Laura: ¿Qué características tienen las películas proyectadas en el Cinelab Turisme?
Fabiola: Las películas que forman parte del Cinelab abordan el viaje turístico desde perspectivas diversas. En una gran mayoría de casos, interrogan representaciones e imaginarios, problemáticas que aúnan tanto al cine, como al turismo y a la antropología.
Son documentales que nos invitan a reflexionar sobre cómo representamos al “otro”, es decir la población residente en los lugares que visitamos, pero también sobre ese Otro que somos nosotros cuando viajamos. De hecho, otro de los impulsos del Cinelab Turisme es la idea de estimular empatía. El turismo contemporáneo, sobre todo para los que vivimos en las grandes ciudades europeas, es un fenómeno omnipresente y familiar, pero resulta difícil de elaborar completamente, pues nos implica a la vez como anfitriones, y otras como viajeros.
De aquí surgen representaciones contradictorias: el turismo es al mismo tiempo una búsqueda de conocimiento y una experiencia mercantilizada de consumo; es un motor de la economía pero también una industria extractiva y generadoras de desigualdades sociales; es un productor de lugares y de imaginarios, pero coloniza los espacios públicos. Estas tensiones pueden provocar una erosión de la empatía hacia los turistas, esos Otros que a veces también somos nosotros.
Laura: ¿Cómo consiguen las películas temáticas y los documentales etnográficos generar esta empatía?
Fabiola: Los documentales acercan el mundo a sus espectadores de forma muy real. Nos permiten acercarnos a historias concretas y así crear conexiones a través del tiempo, de lugares y culturas diversas. Crean mensajes que llegan más rápidamente que cualquier otro tipo de texto. Ahora más que nunca, necesitamos historias que nos ayuden a entender y conectar con este mundo que cambia rápidamente.
Los documentales, y sobre todo las etnografías visuales, nos ayudan a expandir nuestro mundo, presentándonos valores, luchas, innovaciones y creencias más allá de nuestra experiencia diaria. Nos ayudan a tomar conciencia, social y emocionalmente, y a conectar con eventos y contextos actuales. El turismo, como marco de encuentros y dinámicas que atraviesan muchos ámbitos de la vida de nuestra sociedad contemporánea – política, economía, medioambiente, historia, psicología, cultura etc.- se presta muy bien a este tipo de aproximación.
A través de los documentales se puede tomar perspectiva, situarnos en un punto externo: ver a otros pero también a nosotros mismos. A partir de esta conexión, y a través del debate posterior, facilitado por la intervención de expertos y expertas cuyas intervenciones nos han ayudado a pensar más allá, en el Cinelab Turisme hemos hecho un ejercicio de comprensión antropológica, tratando de suspender el juicio, para llegar a una comprensión realmente más profunda de algunas prácticas y discursos que hoy en día se generan en un contexto turístico.
En muchos sentidos ha sido revelador. Varios asistentes me han comentado que los documentales les han hecho mirar críticamente a algunos de los comportamientos que habían tenido en viaje y que, a pesar de las mejores intenciones, iban acompañados de prejuicios occidentales, o bien de una mirada esencialista, o poscolonial.
Laura ¿Qué temas habéis tratado durante el Cinelab Turisme?
Fabiola: La idea del Cinelab es mirar al fenómeno turístico desde distintas facetas, como en una especie de caleidoscopio. En un sentido metafórico, el ciclo mismo ha sido un viaje, a través de experiencias y contextos diversos.
Con “Framing the Other”, el documental de la primera sesión, hemos abordado el tema del turismo étnico como lugar de encuentros, representaciones a menudo estereotipadas, y conflictos. En la segunda noche hemos hablado del viaje como momento sagrado, desarrollando un paralelismo entre los “caminos comunes” que unen una peregrina-turista por el camino de Santiago y una mochilera que da la vuelta por el sureste asiático.
La tercera cita, con la película “Gringo Trails”, rodaba en torno al tema de los impactos económicos y medioambientales del turismo, – el llamado “efecto Lonely Planet”- , por el que la ansiedad de salir de los caminos más trillados acaba plasmando nuevas formas de masificación. La cuarta sesión ha tocado un tema candente: la relación de difícil convivencia entre el turismo y la ciudad, lugar donde confluyen intereses y usos del espacio diversos y a menudo generadores de conflictos. La realidad de Berlín, retratada en la película “Welcome, Goobye”, nos ha permitido reflexionar sobre lo que pasa en otras ciudades europeas, Barcelona entre ellas.
Con la quinta sesión hemos abordado el tema del turismo sexual en clave femenina. Hemos viajado a Bali con Cowboys in Paradise, investigando los encuentros entre unas turistas occidentales y chicos de la playa de Kuta. Relaciones informales que surgen al margen de la industria turística, y que mezclan de forma ambigua amistad, amor y dinero.
Finalmente, las dos últimas sesiones del Cinelab nos han acercado al llamado “turismo de la realidad”, en su vertiente social y en su vertiente más trágica y oscura, la de la muerte y del genocidio. Por una parte, el documental “Nosotros, los de allá” nos ha llevado a conocer cómo las condiciones de trabajo de los mineros de Potosí se convierten en objeto de atracción turística. Por otra, “Austerlitz”, película del director ucraniano Sergei Lonitza, nos ha ofrecido un espejo en el que mirar las prácticas de los visitantes del campo de concentración de Sachsenhausen, en Alemania.
Podría decir que el Cinelab ha sido un viaje con muchas paradas, con ojos abiertos y atención a los matices, a los discursos, a las miradas. Un viaje como tendrían que ser como todos los viajes: con mucha conciencia y tratando de detener el juicio para poder comprender con más profundidad.
Laura: Sin duda son todos aspectos muy interesantes. ¿Cuál dirías que es el tema o temas que mayor debate han generado entre los participantes?
Fabiola: El debate se ha ido construyendo a lo largo de las 7 sesiones, llevando a una reflexión orgánica sobre el fenómeno turístico, dinámica que ha sido para los organizadores del evento una de las sorpresas más gratas. Me explico: al principio quizás había más reticencia a compartir ideas libremente, pero a medida en que el espacio del Cinelab se convertía en una cita familiar, y gracias a las interesantes aportaciones de los expertos, que nos han ayudado cada vez a pensar más allá del documental, el intercambio de ideas se ha hecho más intenso y las reflexiones más profundas.
Evidentemente, temas como el turismo sexual, los impactos sociales y medioambientales del turismo o el turismo de la realidad han interpelado la conciencia del público. Pero, paralelamente al debate sobre casos concretos, se han esbozado hilos de reflexión que se repetían a cada sesión: por ejemplo, se ha reflexionado mucho sobre las sociedades emisoras de turistas, cuya estructura y funcionamiento determina lo que el turista busca en sus vacaciones y, en consecuencia, sus prácticas en el lugar de destino; del rol de la fotografía turística y de cómo marca las asimetrías – tecnológicas y de poder- entre visitantes y residentes; se ha debatido críticamente entorno a la idea de turismo como derecho, y se ha reflexionado sobre la posibilidad de encuentros turísticos que vayan más allá de relaciones de puro consumo.
Laura: Es importante que existan estos espacios de debate en torno al fenómeno turístico. ¿Habrá una segunda edición del Cinelab Turisme?
Fabiola: Ya estamos trabajando en la próxima edición del Cinelab Turisme, para el otoño de 2019, donde seguiremos explorando las múltiples facetas de este fenómeno y esperamos dedicar un espacio a las condiciones de los trabajadores del turismo.
Asimismo, queremos reflexionar sobre la línea cada vez más delgada que hoy en día separa la experiencia de viajeros y migrantes, poniendo el foco en el creciente fenómeno del turismo residencial, por ejemplo, o de los nómadas digitales. Hablaremos de viajes iniciáticos y parques temáticos, y volveremos a observar cómo el turismo lleva a puestas en escena de la “autenticidad”.
Queremos seguir alimentando este espacio crítico, y esperamos que lleve a pensar en una idea de turismo más ético y respetuoso del entorno y de la gente que lo habita. De momento, estamos buscando documentales que relatan experiencias de turismo comunitario en los países de América Latina, así que si entre los lectores de Travindy hay alguien que nos quiera enviar sugerencias, estaremos muy interesados en recibirlas.
¡Muchas gracias Fabiola! Puedes encontrar más información del Cinelab Turisme en la web del Festival Vilamon , en la web del Institut Català d’Antropologia y también puedes seguirlo en Twitter.