Natalia Díaz Kopec, viajera y titulada en Administración de Empresas y Turismo, lejos de la utopía, ha construido con barro su nido, inspirado en el Hornero un ave autóctona de América del Sur. El resultado es un Bed & Breakfast, que se posiciona como el primer alojamiento sustentable en Uruguay. Todo un reto en un destino, en el que la gestión sostenible de alojamientos acaba de aterrizar.
Nuria: Innovación en turismo se suele asociar a la aplicación de nuevas tecnologías. Sin embargo ¿cómo se aplica el término innovación a vuestro proyecto?
Natalia: Innovar es cambiar, reformular, es replantearse para cualquier situación, producto o servicio que tengamos, modificando el orden del “como se ha venido haciendo”. En La Casa del Hornero la innovación viene dada por una propuesta de turismo vivencial que pretende posicionarse como un emprendimiento sustentable en el rubro hotelero. Innovamos en la construcción de nuestra infraestructura, utilizando materiales propios de la zona que minimizan el impacto ambiental.
También se quiere sensibilizar y capacitar, especialmente, a personas socialmente vulnerables. Se trata de lograr su empoderamiento, estableciendo vínculos, desarrollando el trabajo en equipo y motivándolos a generar nuevos emprendimientos mediante el aprendizaje de técnicas en construcción natural. Y todo esto, también es innovación.
Nuria: ¿Qué significa que La Casa del Hornero ofrece una experiencia de turismo vivencial?
Natalia: El turismo vivencial busca experimentar en destino a un nivel más local y reconoce una conexión más fuerte y cercana con su historia, población y cultura. Desde que regresamos del programa “Young Leaders of the Americas Initiative” supimos que el impacto de nuestro proyecto iba más allá de la rentabilidad económica. Algo que se materializa fomentando el desarrollo del trabajo en equipo, trabajando la empatía con la población local y mejorando el vínculo interpersonal entre aquellos que se involucraron en la gestación de La Casa del Hornero. Creemos haber logrado generar impactos positivos, ya que hemos conseguido que este concepto se traslade a la construcción de casas familiares que quieren vivir bajo un techo más sustentable.
“Entendemos que si bien la responsabilidad es de todos, no todos están abiertos a minimizar los impactos que generamos”
Nuria: La Casa del Hornero se encuentra en “fase piloto”. Aún así tiene clara su vertiente: ofrecer algo más que alojamiento y desayuno ¿en qué consiste vuestra propuesta de valor?
Natalia: Involucramos al viajero con el lugar en el que se aloja desde la llegada. Conocen cómo se construyó el lugar donde van a alojarse y cuáles son los beneficios de construir siguiendo estas técnicas. Forman parte de la gestión de residuos que hacemos y la gestión del agua.
Aunque en otros lugares del mundo el reciclaje sea algo muy protocolizado y aceptado socialmente, aquí aún tenemos que trabajar este concepto a un nivel más “micro” para conseguir que pase al siguiente nivel y forme parte del día a día de un municipio.
Nuria: ¿Podrías citarnos alguno de vuestros objetivos prioritarios para saltar a la siguiente fase?
Natalia: Tras la fase piloto, este proyecto incluye la integración de lo que llamamos un “centro multipropósito”. Este espacio que completaría nuestro Bed & Breakfast aglutinará talleres y agenda vinculada a la educación ambiental y experiencias sensoriales que pongan al viajero en contacto directo con la cultura y el entorno.
Para lograrlo, trabajamos por hacer llegar este proyecto a personas que reconozcan la importancia de la sostenibilidad económica, social y ambiental y quieran invertir en este proyecto que busca construirse bajo esos principios. Planteamos un retorno de la inversión inicial durante los dos primeros años. Quienes inviertan podrán participar, apoyar y aportar desde diferentes áreas a la dirección de la empresa.
Nuria: Contamos con un perfil de viajero muy experimentado ¿qué es lo que más valoran aquellos que se alojan en La Casa del Hornero?
Natalia: Valoran el proyecto en su conjunto. La simplicidad en la aplicación del concepto de sustentabilidad. Demostramos que lo complejo se puede convertir en acciones prácticas que se pueden aplicar a su día a día. Les gusta la funcionalidad del lugar en el que se encuentra La Casa del Hornero y el trato personalizado que quizá en cadenas hoteleras más grandes se pierde.
Pero sobre todo es la identidad lo que genera en ellos una reacción más positiva. Sentirse como en casa y ser conscientes de que la aplicación de las 3 “erres”: reducir, reutilizar y reciclar, son una realidad en este alojamiento. Formamos parte del entorno, de ahí su localización. Los viajeros valoran salir de la rutina y entrar a la naturaleza como parte de nuestra propuesta de hospedaje. Despertarse cada mañana al son del canto del Hornero, es algo que trasciende al mero hecho de dormir en un hotel.
Nuria: En vuestro caso como proyecto innovador piloto en Uruguay, ¿a qué retos hacéis frente?
Natalia: Por estas latitudes el principal reto es la captación de inversores que se sientan identificados con la rentabilidad social, económica y ambiental sobre la que se fundamenta La Casa del Hornero. Hoy ofrecemos a todos aquellos que comparten el reto de hacer más sustentable y por ende que reconozcan la importancia de una sostenibilidad en sus tres ejes la oportunidad de lograr juntos el mismo reto a través de su inversión en nuestro proyecto.
Nuestro proyecto además persigue cruzar fronteras, ya que este reto que nos une, es un hecho expandido a nivel global. Queremos contagiar de sustentabilidad a nuestros futuros aliados.
Nuria: En Uruguay se ha trabajado el producto “sol y playa”, ¿podemos encontrar el equilibrio entre modelos tan dispares si lo comparamos con el turismo vivencial?
Natalia: Sí, claro. Depende también en gran medida de las políticas dirigidas a este sector que cada país tenga, las reglas del juego y los intereses que primen. Si bien la responsabilidad es de todos. El equilibrio ha de estar en la optimización de recursos en el entorno que se encuentran.
Las alternativas al modelo “sol y playa” inician andadura, y esto también conlleva un cambio en las dinámicas de trabajo de los operadores turísticos. Creemos que en ese equilibrio debemos considerar minimizar la estacionalidad, de ahí que La Casa del Hornero se presente como una alternativa para todo el año.