El turismo fortalece las desigualdades de género. ¿Cómo? Se estarán preguntando muchos profesionales de un turismo tradicional enfocado en números de llegadas turísticas, en lugar de en número de oportunidades creadas. La respuesta es simple: el turismo no aborda los desafíos turísticos con perspectiva de género. Por ejemplo, un impacto positivo del turismo es que muchas mujeres trabajan en el sector; mientras que un impacto negativo es que el trabajo se lleva a cabo con frecuencia, desde la precariedad.
La igualdad de género permite ver lo que para la mayoría no es evidente: la desigualdad de género y el des-empoderamiento de las mujeres. Esta es una causa relevante y común en nuestro sector, que no solo trae pobreza en términos económicos, sino que también merma el desarrollo de capacidades, autonomía y autoestima de las mujeres y niñas en todo el planeta.
El turismo debe implicarse de lleno en la cuestión de género. Sobre todo cuando su punto fuerte, en particular hacia los países con mayor cantidad de recursos vírgenes pero menor desarrollo socio-económico, ha sido desde sus inicios la idílica promesa en torno a la paz, la justicia y la reducción de la pobreza. Esto no lo digo yo, según la OMT más de la mitad de estos países reconocen el turismo como un instrumento de reducción de la pobreza.
Pero, ¿realmente lo es? Un impacto positivo indudable del turismo es que ha aumentado el producto interior bruto de muchos países. No obstante en demasiadas ocasiones esta renta no llega a la comunidad, y menos a las mujeres, o no se ve reflejada en las partidas presupuestarias para cuestiones de género.
Admitámoslo, el desarrollo de planes o estrategias turísticas desde una perspectiva de género es actualmente uno de los principales desafíos para poder fomentar un desarrollo turístico responsable hoy en día. Cuando empecé con mi empresa Ponle Cara al Turismo en el 2009, el reto más grande fue aprender a trabajar con los recursos humanos en el territorio y convertirlos en protagonistas de mis rutas turísticas-locales, poniéndoles CARA.
Para ello la formación de personas (en su mayoría mujeres) en temas de turismo fue un tema clave que tuve que abordar por mi cuenta. Ellas venían de un tejido empresarial tradicional y rural, con lo que hablarles sobre temas de turismo era como descubrir el oro negro en cada sesión. Por ejemplo, “las mujeres que trabajan en una conservera, o en una quesería” no estaban acostumbradas a hablar delante del público y menos delante de los turistas para mostrarles sus actividades tan cotidianas para ellas. Pero a medida que iban cogiendo más confianza en sí mismas se iban sintiendo más útiles, valoradas y orgullosas de su trabajo. Ahora creen más en sí mismas y en sus capacidades, porque se dan cuenta que al resto del mundo sí les importa lo que hacen y cómo lo hacen.
El turismo, es emoción, sin emoción no hay turismo. Pero para crear esa emoción es estrictamente necesario trabajar con la comunidad de base, ya sean hombres o mujeres. Motivarles y enseñarles que el turismo bien gestionado sí crea oportunidades y es un verdadero motor de cambio. Y que ellos y ellas son una turbina esencial de un motor bien engrasado.
Menos cuestiones ideológicas o de género y más igualdad de oportunidades debería ser el propósito en las entrevistas de trabajo. No debería importar si eres hombre o mujer, sino tu formación, tus ganas de conseguir objetivos, tu perseverancia e ilusión para crear y dejar un mundo mejor. Solo al cambiar nuestro entorno más cercano con pequeños cambios locales y con una perspectiva de género, conseguiremos grandes revoluciones globales.
Sandra Touza, es directora de Ponle Cara al Turismo, empresa de servicios turísticos y consultoría basada en el turismo comunitario, creativo e industrial.
“En Ponle Cara al Turismo, buscamos Viajeros que sean RESPONSABLES, que se INTEGREN en la Comunidad, que NO DEGRADEN, ni los RECURSOS PATRIMONIALES NI NATURALES. Desarrollamos territorios auténticos, inclusivos, responsables y ecológicos, basados en los valores que hacen único y diferente al destino, analizando su respectivo ciclo de vida.”