El turismo y la huella de carbono – ¿Hacia dónde vamos?


El turismo y la huella de carbono – ¿Hacia dónde vamos?
Este blog acompaña a una presentación en video grabada para el Día Mundial del Turismo Responsable del World Travel Market, 6 de noviembre de 2017. El panel al cual contribuyó el video, se titulaba:  The Major Environmental Challenges: Carbon & Water RTT, y fue presidido por Christopher Warren, Crystal Creek Meadows, NSW, Australia.

Al reflexionar sobre la última década de trabajo sobre el cambio climático y el turismo, puedo hacer tres observaciones:

1. El clima está cambiando más rápido de lo previsto

El turismo y la huella de carbono – ¿Hacia dónde vamos?

Fig. 1 Datos de temperatura global GISTEMP, en promedio de 12 meses (anomalías relativas a los primeros 30 años). Fuente: http://www.realclimate.org/index.php/archives/2017/11/el-nino-and-the-record-years-1998-and-2016/

Todos los años somos testigos de nuevos registros de extremos climáticos. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU. mantiene varias webs para informar y visualizar extremos climáticos y anomalías. La figura de la derecha, por ejemplo, muestra una tendencia a largo plazo. No solo las temperaturas aumentan más rápido de lo esperado, sino también el aumento en los niveles del mar, la intensidad de las tormentas y la retirada del hielo marino del Ártico.

¿Qué significa esto para el turismo? Muy claramente, operar en ubicaciones (a menudo vulnerables) se vuelve más costoso y arriesgado. Por lo tanto, la industria del turismo y el gobierno ahora se ven obligados a participar mucho más (¡e invertir!) en adaptarse a las condiciones cambiantes. En muchos casos, la adaptación tiene que responder a los impactos negativos sobre los activos y las atracciones. La Gran Barrera de Coral y los recientes eventos de blanqueamiento de coral son un ejemplo claro

2. Las emisiones de turismo están creciendo

Ahora estamos constantemente midiendo concentraciones atmosféricas de CO2 de más de 400 partículas por millionesto es muy alto y exige una descarbonización rápida y un esfuerzo concertado para llegar a cualquier punto cercano a las emisiones netas cero para 2050, tal como lo exige el Acuerdo de París.

Si bien las emisiones globales de CO2 se han estabilizado (de alguna manera y por ahora…) la huella de carbono del turismo está aumentando. No contamos con un monitoreo y medición detallados de las emisiones del turismo, pero considerando un crecimiento persistente de al menos 5% anual y sin avances tecnológicos importantes, es muy probable que la participación de las emisiones del turismo en relación con las emisiones globales esté aumentando.

Hay algún progreso en el turismo, pero es gradual. Un número cada vez mayor de empresas se involucra en Informes de Responsabilidad Social Corporativa y se está realizando un verdadero esfuerzo. (Nota: la gran mayoría de los negocios aún no miden ni administran su huella, y mucho menos informan sobre iniciativas de carbono). Sin embargo, lo que no se discute, incluso por los líderes en la industria, es el crecimiento comercial y aquellas partes de la operación donde los impactos no se mitigan. Entonces, por ejemplo, un informe anual de sostenibilidad puede mencionar que un hotel ahora reemplazó todas las bombillas y quizás cambió el refrigerado del sistema de aire acondicionado, pero no daría más detalles sobre las áreas restantes que requieren atención. A menudo, de hecho, la huella absoluta podría estar creciendo, ya que las ganancias simplemente no son suficientes para compensar el crecimiento.

Esto no es problemático (después de todo, Roma no se construyó en un día, y uno tiene que comenzar en algún lugar) a menos que estas actividades selectivas de RSE se utilicen como una licencia social para operar y hacer crecer el turismo. Por lo tanto, tener un pequeño número de buenos ejemplos y casos de estudios podría posiblemente usarse para legitimar el status quo de lo que generalmente es un cambio marginal. Tal enfoque definitivamente no conducirá a las principales reducciones y transformaciones que se requieren.

3. Mayor presión

Probablemente nunca ha habido tanta presión sobre el turismo, como en otras industrias, para abordar los impactos ambientales y las emisiones de carbono. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París y muchos otros programas dirigidos por la ONU (por ejemplo, 10 YFP) exigen claramente más evidencia y acción en las iniciativas de sostenibilidad.

La presentación de informes sobre carbono se ha convertido en el centro de lo que las empresas deben hacer; no solo porque los gobiernos exigen revelación, sino también porque los inversionistas buscan cada vez más comprender los riesgos de carbono asociados con sus inversiones. Un informe reciente de GIFT y Amadeus analiza el progreso de la industria global de viajes y turismo en cuanto a informes de carbono. Otra iniciativa, el Global Sustainable Tourism Dashboard, también tiene como objetivo introducir más rigor en los informes de sostenibilidad en el turismo a nivel mundial.

El creciente enfoque en las emisiones de carbono y la necesidad de considerar los beneficios más amplios que genera una empresa pueden llevar a nuevas ideas y nuevos modelos de negocios. Aun es pronto, pero la economía en estados estacionarios, los límites al crecimiento, la prosperidad sin crecimiento, el bienestar de la comunidad, etc. no son ideas nuevas, y están obteniendo un poco más de tracción en estos días.

¿Dónde nos deja todo esto?

Claramente, con un clima que cambia rápidamente, debemos responder de manera acelerada. El cambio incremental y marginal simplemente no será suficiente. Sugiero las siguientes acciones inmediatas:

  • Los planificadores (por ejemplo, el gobierno local) deben considerar los impactos del cambio climático en su planificación y desarrollo turistico mucho más rigurosamente de lo que está ocurriendo actualmente. Concretamente en cuanto a desarrollos costeros; estructuras de gestión de emergencias; protección de la biodiversidad; gestión del agua: literalmente, todas las facetas de la planificación.
  • Las empresas ahora invierten mucho, cuando los los beneficios son palpables, en nuevas tecnologías y diseño, y también fortalecen la capacitación del personal para fomentar el conocimiento de la sostenibilidad. Este es el momento de construir casas libres de emisiones de carbono, poner energía renovable en el tejado, fomentar el almacenamiento de agua, y demás.
  • Los gobiernos deben pensar mucho más sobre el turismo como vehículo de desarrollo económico y considerar realmente los costos y beneficios de un mayor crecimiento. Cualquier crecimiento debe ser de bajo carbono o carbono neutral. Los gobiernos aún no se han dado cuenta de que el creciente turismo receptivo dificultará el cumplimiento de los compromisos nacionales de París.
  • Los turistas tendrán que pensar más sobre los impactos de sus viajes y buscar oportunidades para hacer una contribución positiva. Las opciones existen, pero todavía no son convencionales y algunas veces requieren un poco de esfuerzo.

Y, por último, sugiero un esfuerzo serio para lograr que los cerebros pensantes más brillantes y “revolucionarios” se unan para crear una visión y pintar un futuro en el que el turismo pueda ser esencialmente cero carbono neto. ¿Es posible? ¿Esto requerirá una importante redistribución de los flujos turísticos? ¿Tal transformación será impulsada por la tecnología o el cambio de comportamiento tiene que jugar un papel clave? Hay demasiadas preguntas y no hay suficientes respuestas. Es hora de comenzar este trabajo y pensar completamente fuera de la caja. De lo contrario, será igual, solo un poco mejor.

Este artículo fue publicado inicialmente en the Griffith University Blog y traducido en español por nuestra colaboradora Tamara Ramos.

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