Recientemente se ha celebrado en Calonge, en la Costa Brava, la “Festa del Vi Nou” o Fiesta del Vino Joven, dentro de los actos de la fiesta mayor de invierno en honor a Sant Martí. Durante diez días han tenido lugar todo tipo de actividades relacionadas con el mundo del vino: cata de vinos, visitas a las bodegas, talleres para niños, cursos de cocina, conferencias, exposiciones, mercado de vino y productos artesanales… Se trata de una fiesta muy participativa durante la cual el pueblo se llena de vida y actividad.
Durante la fiesta se involucra también a los restaurantes y alojamientos de la zona ya que se ofrecen menús o packs de actividades relacionados con el mundo del vino. De este modo se logra una mayor involucración por parte del sector privado, reforzando así el tejido empresarial.La visita a las bodegas es altamente recomendable: sus responsables trasmiten la pasión por su trabajo y por el territorio en sus explicaciones sobre el proceso de elaboración de sus productos. Escuchando sus historias, no es difícil imaginarlos trabajando duramente para producir unos excelentes vinos. En Calonge encontramos dos tipos de vino diferenciados: el que pertenece a la Denominación de Origen Empordà y el vino de payés que se elabora de forma tradicional como se ha hecho toda la vida.
En España, la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN) elabora desde 2008 un informe anual donde analiza la evolución y las tendencias del enoturismo. Según el informe de 2015, “el crecimiento anual superior al 5% representa un dato muy positivo, puesto que se consolida la tendencia al alza del enoturismo”. Especialmente interesante para destinos como Calonge, donde la temporada turística se concentra principalmente en época estival, es el hecho de que otoño y primavera son las temporadas más activas para la práctica del enoturismo, contribuyendo así a la tan ansiada desestacionalización.
Según ACEVIN “el enoturismo puede ser considerado como un producto turístico asociado al disfrute y a la buena vida, que es necesario vivirlo en distintas ocasiones. Al turista no le importa repetir el destino porque encuentra elementos de disfrute en cada viaje”. Este es un aspecto muy interesante a tener en cuenta, ya que a través del enoturismo se puede fidelizar al cliente y convertirlo en prescriptor del destino; hay que aprovechar esta oportunidad para crear un vínculo emocional con el visitante. La ruta del vino DO Empordà forma parte, juntamente con otras 24 rutas, del Club de Producto Rutas del Vino de España de la ACEVIN. El Patronat de Turisme Costa Brava Girona, entidad responsable de la promoción turística de la demarcación, también impulsa el enoturismo a través del Club de Marketing de la Ruta del Vino DO Empordà.
Los eventos como la “Festa del Vi Nou” de Calonge son interesantes porque potencian el sentido de lugar del destino y fomentan el orgullo de los residentes hacia su propia cultura y tradiciones. En destinos turísticos maduros como la Costa Brava, cuyo desarrollo turístico se ha basado en el modelo de sol y playa, actividades como el enoturismo ofrecen al visitante la oportunidad de conocer el destino con mayor profundidad y de tener una mayor interacción con la comunidad local. El visitante vive así una experiencia más enriquecedora, y los productores locales ven beneficiada su economía.